Entrenamiento Deportivo

viernes, 8 de octubre de 2010

Ciclismo y medidores de potencia

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by aracal on 5-10-2010


La técnica del entrenamiento cruzado o Cross-Training es utilizada frecuentemente por corredores, intercalándola entre los días muy exigentes. Por ejemplo, después de un entrenamiento duro haciendo repeticiones o intervalos, se intercala una jornada de ciclismo o natación, para ayudar a descansar los músculos, sin perder el beneficio de un buen entrenamiento aeróbico, pero con cero impacto. Algunos de los mejores corredores de Carabobo Runners Club, nuestro campeón Lervis Arias entre ellos, rueda con bastante regularidad. Con el fin de mejorar nuestro conocimiento sobre el ciclismo, el entrenador Tony Salazar comparte con nosotros una buena reflexión sobre los medidores de potencia:

Desde hace unos años, han ido apareciendo en el mercado diferentes

instrumentos que permiten averiguar la carga de trabajo que realiza un

ciclista durante el ejercicio. Se trata de los famosos medidores de

potencia, unos elementos cada vez más generalizados entre los ciclistas

profesionales y que ofrecen unas notables ventajas de entrenamiento con

respecto a los tradicionales pulsómetros.

Lo primero que me vino a la mente cuando conocí la existencia de

dispositivos que medían la potencia del ciclista fue: ¿y para qué quiero

saber la potencia que puedo producir? Posiblemente a la mayoría de vosotros

os haya sucedido lo mismo, y por eso, en éste artículo intentaremos

explicaros qué ventajas e inconvenientes tiene el entreno por vatios

respecto al entreno por pulsaciones o por sensaciones.

Empezaremos aclarando dos conceptos que a veces se confunden: la fuerza y la

potencia de un ciclista. Para aclararlo un ejemplo: dos ciclistas de

idéntico peso, idéntico coeficiente aerodinámico que están pedaleando a 30

km/h uno con un desarrollo 53×12 y el otro con un 41×23, desarrollan

exactamente la misma potencia, la diferencia radica en que el ciclista que

mueve el 53×12 estará haciendo más fuerza sobre los pedales y pedaleará con

menor cadencia que el ciclista que mueve el 41×23, pero la potencia

desarrollada por los dos ciclistas será la misma. La potencia (o trabajo) se

mide en vatios y para no confundiros con fórmulas complicadas lo

simplificaremos de la siguiente manera: potencia = cadenciaXdesarrollo.

El pulsómetro y el medidor de potencia

Los pulsómetros se inventaron con la intención de cuantificar el trabajo que

producía un ciclista. Se trataba de poder medir de alguna forma el esfuerzo

y la carga de trabajo que produce el ciclista durante el ejercicio. A

mediados de los ochenta se utilizó el corazón para, a partir de los latidos

por minuto, poder cuantificar ese trabajo. Por entonces escoger el corazón

como la manera de medir el funcionamiento del motor del ciclista era la

mejor aproximación que se pudo realizar para medir el trabajo que producía.

Sin embargo actualmente, y a diferencia de otros deportes, los ciclistas

tenemos la gran ventaja de poder disponer de medidores de potencia. En el

atletismo, por ejemplo, el pulsómetro es el único elemento utilizable para

medir el rendimiento.

El primer medidor de potencia destinado al ciclismo lo inventó Uli Schoberer

en 1986. Se trata del famoso SRM que fue el resultado de un proyecto de

final de carrera. Los pulsómetros supusieron una auténtica revolución cuando

aparecieron. Al principio sus precios eran inalcanzables para la mayoría,

hoy en día por menos de sesenta euros podemos adquirir uno. Con los

medidores de potencia estamos en el inicio de su expansión, ahora son muy

caros aunque cuando se popularicen bajarán de precio. Sin embargo, no

creemos que lo hagan tanto como lo hicieron los pulsómetros, puesto que los

medidores de potencia emplean unos elementos de por sí bastante caros.

Un vatio es un vatio

Un vatio es un vatio, pero un latido de corazón no es un latido de corazón.

Nos explicaremo: los latidos del corazón están sujetos a multitud de

factores incontrolables como temperatura, humedad, cansancio acumulado, etc.

Imaginemos que estamos haciendo series y ese día hemos dormido mal, hace

mucho calor y mucha humedad; a 170 pulsaciones probablemente estemos

rindiendo menos que en otra sesión al mismo ritmo cardiaco en el que la

temperatura fuese templada y con una humedad óptima. La gran ventaja de los

medidores de potencia es que son objetivos, no se ven influenciados por

estados de ánimo, cansancio o condiciones meteorológicas.

Si hace dos días hicimos una serie a 270W y hoy estamos cansados, no

podremos hacerla o bien nos costará más acabarla, muy probablemente las

pulsaciones éste segundo día, a 270w, sean más altas que en la sesión

anterior. El medidor de potencia no miente, para bien y para mal. ¿Cuántas

veces hemos oído aquello de “hoy no voy bien, no subo de pulsaciones”? Puede

que no vayas bien, o puede que tengas un día fantástico y que tu corazón no

necesite bombear tan rápido para realizar el mismo trabajo y esto no lo

puedes saber si no es con un medidor de potencia. En cambio, si un día a

300W las sensaciones no son buenas, puedes deducir que ése no es tu día, o

si por el contrario, ese día a 300W no te cansas tanto, puede que sea tu

día.

La principal ventaja de los medidores de potencia es que al poder medir la

cantidad de trabajo de cada entreno, se pueden tener los datos precisos de

la carga, el volumen y la intensidad del entreno durante todo el periodo que

dure el entrenamiento. Observando las cargas de entreno acumuladas y una

bajada progresiva del rendimiento podemos llegar a deducir que estamos

sobreentrenados. Con la práctica, hasta se puede descubrir que se está

incubando una gripe o resfriado aunque no tengamos los síntomas.

Otra ventaja de llevar un medidor de potencia es que llevamos el laboratorio

encima. Con un medidor de potencia podemos realizar tests tantas veces como

queramos y comprobar si nuestro entrenamiento está dando resultados.

Utilizar el medidor de potencia en los entrenos de series y en las carreras

es una gran ventaja. Con un medidor de potencia podemos realizar las series

exactamente cómo queremos: pongamos por ejemplo series de 10 segundos a

900W: con el medidor de potencia la serie empezaría a contar cuando

comenzáramos a producir 900W.

Sin embargo, pongamos que tenemos que hacer series de 10 segundos a 180

pulsaciones, desde que empezamos a aplicar mucha potencia, hasta que el

corazón alcanza las 180 pulsaciones pueden pasar muchos segundos, y en la

práctica las series durarán más de 10 segundos. En las series realizadas con

la potencia como referencia ésta sería constante, sin embargo el pulso

tiende a subir al final de cada serie, ya que para mantener la misma

potencia, como el cuerpo se cansa, el corazón tiene que bombear más rápido.

Como acabamos de ver, al hacer las series con el medidor se optimiza el

entreno. Por otro lado el utilizarlo en carrera y analizar posteriormente

los datos permite saber qué potencia y durante cuánto tiempo necesitamos

mantenerla para no perder al grupo en las aceleraciones, o a cuántos vatios

hay que subir los puertos para no perder al grupo de cabeza. Otra utilidad

de un medidor de potencia es que es muy eficaz para dosificar el esfuerzo,

sobretodo en las contrarrelojes. Por las sesiones de entreno podemos saber

cuántos vatios podemos producir durante la duración de la crono y procurar

mantenerlos durante toda la crono. Si hacemos la misma crono por sensaciones

lo normal sería empezar por encima de nuestras posibilidades y acabar muy

por debajo, con el medidor de potencia nos dosificamos de forma óptima y

maximizamos nuestro rendimiento. Floyd Landis lo utilizó en la famosa etapa

de Morzine, que al fin y al cabo fue una CRI, para dosificarse durante la

etapa. Él sabía que podía producir 300W durante varias horas y lo que hizo

fue regular para obtener esa media de 300W.

Medidor de potencia y ordenador

Todos los medidores de potencia que existen en el mercado permiten descargar

los datos al ordenador e incluyen un sóftware para visualizarlo. Como hemos

dicho anteriormente el análisis de ésos datos es gran parte del beneficio

que nos da el entreno por potencia. El entrenamiento por vatios da muchos

datos, interpretarlos no es fácil, hay que leer y aprender mucho y

constantemente, puesto que es algo que está evolucionando y cada vez se

saben más cosas. Casi toda la literatura está en inglés, por lo que

recomendamos utilizar un entrenador y dejarle a él el análisis de datos si

no dominaos ese idioma. Éste sería otro gasto que añadir al coste total para

entrenar por vatios.

Mentes analíticas

El entrenamiento por vatios es ideal para mentes un poco obsesivas,

científicas, analíticas y que gusten de jugar con gráficas y no se cansen de

aprender. Está totalmente contraindicado para los amantes del entreno por

sensaciones. Como en todo un término medio es ideal, rodar por sensaciones y

hacer las series con medidor de potencia es un compromiso óptimo para todo

ciclista que quiera tener referencias inequívocas de su rendimiento

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