Uno de los grandes momentos en la historia de las carreras de larga distancia ocurrió en la final de los 10.000 metros planos en los Juegos Olímpicos de 1964, celebrados en la ciudad de Tokio, Japón. En aquella oportunidad, el norteamericano Billy Mills venció al campeón del mundo y dueño del record mundial, el australiano Ron Clark y al otro gran favorito, Mohamed Gammoudi de Túnez. Mills logró mejorar su mejor marca en la distancia en 50 segundos, un lapso casi imposible, ganando con 28:24.4. Fue una carrera espeluznante y vale la pena revivirla, así como conocer los pensamientos que inspiraron a Mills en aquella oportunidad. Pueden hacerlo, haciendo click aquí.
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