¿Qué es la tendinitis aquílea?
Es una inflamación aguda de la vaina o membrana que recubre al tendón de Aquiles. Este tendón comienza en la zona media de la pantorrilla y continua hacia abajo hasta la región posterior del pie, el talón, donde se inserta en el hueso calcáneo. Por encima del calcáneo (aproximadamente a 5 cm.) el tendón se vuelve redondeado y estrecho y es ahí donde suele aparecer la tendinitis. Este tendón es fundamental para permitir los movimientos del pie, y por tanto para andar, correr, etc.
Aunque el tendón de Aquiles es uno de los más resistentes y gruesos del cuerpo, es frecuente que se vea afectado por microroturas de repetición prolongada, sobrecarga de los gemelos y sóleo, especialmente por factores anatómicos y actividad deportiva. También se pueden producir calcificaciones que son la secuela natural de la inflamación crónica (tendinosis) y aparecen cuando el cuadro ha tenido tiempo para evolucionar.
¿Cuál es su causa, por qué se produce?
Suele ocurrir tras el abuso, sobrecarga o mal uso de la articulación del tobillo, siendo más frecuente entre deportistas, o por un ejercicio físico no adecuado. Son factores predisponentes actividades como la carrera, especialmente de largas distancias y con pendientes, los ejercicios o deportes que exigen la parada y el arranque brusco (como en el tenis), el estiramiento incorrecto o falta de calentamiento antes de iniciar el ejercicio físico, o el aumento de la distancia de carrera en los corredores de fondo.
¿Cómo empieza y cuáles son los síntomas?
El comienzo de los síntomas suele ser brusco, con dolor constante e intenso (que interrumpe el sueño), localizado en la región posterior del tobillo, frecuentemente al levantarse de la cama o después de estar un tiempo sentado. El dolor obliga a andar con el pie plano para evitar flexionarlo.
El dolor suele producirse o incrementarse cuando se flexiona la planta del pie haciendo fuerza con la mano en sentido contrario. Puede notarse sensación de fricción o de crepitación al flexionar la planta del pie pasivamente con la mano. Además, puede aparecer hinchazón y calor local con inflamación de la parte posterior del pie que dificulta el uso de calzado.
¿Cómo se diagnostica?
Habitualmente, el médico no necesita hacer exámenes especiales para diagnosticarlo, aparte de unas preguntas y la exploración del pie. En algunos casos precisará hacer una ecografía o bien una resonancia.
¿Cómo se trata?
El tratamiento inicial se realiza con antiinflamatorios durante 6 semanas, el reposo, y evitando las actividades intensas. La fisioterapia puede resultar útil (ejercicios de fortalecimiento y estiramiento graduales) y también el calor o el frío local.
Cuando no hay respuesta a estas medidas puede ser útil una infiltración en la inserción del tendón o en su zona más estrecha, aunque una de sus complicaciones es la rotura del tendón de Aquiles, por lo que es una medida en la que no todos los médicos están de acuerdo.
En última instancia, se puede recurrir al tratamiento quirúrgico para descomprimir el tendón, seguido de reposo e inmovilización.
Es importante corregir los “vicios” o hábitos inadecuados al realizar el ejercicio físico, especialmente en deportistas o personas que deben andar mucho por su actividad laboral, mediante la reeducación de la marcha, el calentamiento y el entrenamiento realizados.
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