La atleta australiana, Jana Rawlinson (Jana Pittman de soltera), dos veces campeona mundial en la prueba de 400 metros con vallas, en París 2003 y Osaka 2007, decidió quitarse los implantes de sus pechos para poder competir a un mayor nivel, pues se pregunta si su ‘vanidad’ está frenando a su país, aseguró a la revista Woman’s Day.
“Me encantaba tener senos grandes, pero finalmente he crecido lo suficiente para conocerme a mí misma, para estar segura de quién soy cuando me miro al espejo”, comentó Rawlinson; “tampoco quiero defraudar a Australia. Quiero sentirme lo más atlética que pueda para saber que estoy preparándome lo mejor posible para los Juegos Olímpicos de Londres 2012″.
La atleta australiana se había puesto los implantes en julio del 2008 para ‘sentirse más femenina’, sin embargo, decidió quitárselos en septiembre del 2009 y aseguró no echarlos de menos: “sí, he vuelto a ser tan plana como un ‘hot cake’, así que necesito toda la ayuda que pueda”.
“Hay algunas muchachas en el mundo del atletismo, que no quiero nombrar, que son campeonas olímpicas, pero que lucen como hombres y yo no quiero verme así”, continuó; “ya me siento lo suficientemente masculina así como estoy. Eso fue lo que me impulsó a operarme la primera ocasión”.
“Cuando me veo en el espejo sólo veo brazos musculosos, hombros anchos y piernas grandes y fuertes. Sé que son recursos valiosos en el atletismo y que me ayudan a correr bien, pero no me hacen sentir como una mujer atractiva”, dijo a Woman’s Day.
Sin embargo, a pesar de su decisión, Rawlinson no descartó volver a aumentarse el busto cuando su carrera finalice, pues por el momento es consciente de que “no dan medallas por ser hermosa”, sin embargo, no quiere renunciar en el futuro a su feminidad.
“Siempre me he sentido infeliz con la forma en que me veo”, admitió Rawlinson, quien mide 1.82 metros, “envidio a las mujeres que son pequeñas por naturaleza, con figuras esbeltas. La única vez que me he sentido femenina en mi vida fue cuando estuve embarazada”.
La australiana se casó en marzo del 2006 con su entrenador, Chris Rawlinson, y en ese mismo año tuvo a su hija, Cornelis. Durante la lactancia sintió que vivía la mejor etapa de su vida: “me sentía una mujer diferente, suave y femenina, y estaba contenta con mis senos grandes”.
Jana Rawlinson, además de los campeonatos del mundo en París y Osaka, llegó como favorita para ganar el oro en Atenas 2004, sin embargo, unos meses antes sufrió una lesión en la rodilla, la cual minó su desempeño: al final quedó en un meritorio quinto lugar. En los Juegos Olímpicos de Pekín no participó, por lo que Londres 2012 luce como su revancha.
“(Que le preocupe su aspecto) es una revelación sorprendente para una mujer que es, en apariencia, muy segura, campeona del mundo y admirada por su mentalidad a prueba de todo y por su poder en las pistas”, señala la revista.
Su compañera, Melinda Gainsford-Taylor, no comprende la decisión: “un pecho grande puede ser muy útil para decidir la vencedora en un ‘photo-finish’”, dijo.
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