Cuatro años después de haber ganado su primera corona, Ivan Basso volvió a levantar el trofeo del Giro D’Italia, uno de las tres Grandes Vueltas del ciclismo internacional.
Basso, quien defendió al equipo italiano Liquigas-Doimo, realizó una tranquila última etapa, una contrarreloj de 15 kilómetros en Verona que terminó siendo ganada por el sueco Gustav Larsson.
La historia de Basso es una de redención, ya que a sus 32 años logró un triunfo que parecía imposible en el 2007, cuando recibió una suspensión de dos años por dopaje.
"Todos sufrimos juntos y ahora podemos celebrar juntos", dijo Basso mientras recibía el premio acompañado de sus
Basso, apodado "Ivan el Terrible", ganó la 15º etapa, famosa por el ascenso al Monte Zoncolan, y en la 19º se hizo de la malla rosa, para no abdicarla hasta cruzar la meta final.
Detrás suyo culminaron el español David Arroyo Durán, la sorpresa de la competición, a 1’51’’ del líder. Tercero quedó el italiano Vincenzo Nibali a 2’37’’.
"Fue un Giro particularmente duro y creo que la victoria tiene un mayor valor por haber sido tan espectacular", dijo Basso, cuyo próximo desafío será el Tour de Francia en julio.
dos hijos y su esposa, Micaela, junto a quien espera un tercer niño.
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