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El entrenamiento y la preparación mental resultan fundamentales para quien emprenda el reto de participar en un maratón o en un triatlón. Profundizar en las razones que nos llevan a sacrificar muchas horas de nuestra vida, quitándoselas a la familia o actividades productivas, es una necesidad. Estudiar la manera de mejorar nuestra seguridad, nuestra capacidad para concentrarnos, para enfocar nuestra fuerza de voluntad y aumentar la tolerancia frente al dolor y el cansancio, es ya tan importante cómo el propio programa físico a realizar. Muchos libros han sido escrito y entre ellos destaca The Triathlete´s Guide to Mental Training, escrito por los atletas y médicos Jim Taylor Pd.D. y Terri Schneider M.A., y aunque es un libro escrito aparentemente sólo para quienes deseen incursionar en un Half Ironman o en un Ironman completo, su lectura proporciona datos que resultan interesantes para cualquier atleta practicante de los deportes de resistencia
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Por ejemplo, los autores diferencias las buenas de las malas razones para emprender un entrenamiento serio y prolongado antes de un evento de resistencia, como pudiera serlo un maratón o un triatlón de larga distancia. Vivimos en una cultura, argumentan los autores, que busca incesantemente una elusiva condición llamada felicidad. A tal fin, participamos en actividades que buscan llenar un vacío en nuestra existencia, en malas relaciones de pareja o en un pésimo trabajo (o ausencia de él). La gente decide entonces empezar a practicar un deporte, digamos que inicia su entrenamiento para los 10.000 metros, pero si no logra satisfacer su inquietud, salta al medio-maratón o al maratón completo. O puede ser un triatlonista que arranque su entrenamiento pensando en un evento sprint, de ahí pasa al olímpico y luego al Ironman. Todo con tal de copar horas vacías o sin sentido que de enfrentarlas pudieran conducirnos a la frustración o el descontento. Quizás, pensamos, la gente decida aceptarnos si nos ven entrenando duro; quizás pudiéramos ser más populares si ven lo duro que entrenamos. El tiempo y la energía que dedicamos a un largo programa de entrenamiento no logrará, sin embargo, satisfacer necesidades existenciales o psicológicas profundas que no podemos ni debemos obviar
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Pero la práctica de los deporte de resistencia puede ayudarnos en muchos otros casos. Ahí encontraremos la oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos que tenemos capacidad para enfrentar exitosamente duros retos físicos y mentales. Un maratón o un triatlón implica ir más allá de nuestras limitaciones o condicionamientos físicos o mentales. Esta superación puede ayudarnos a cuestionar limitaciones que nos hemos impuestos en otras áreas de nuestra vida; nos permite desechar creencias malsanas sobre nuestra capacidad, malas costumbres e ideas fijas. Los deportes de resistencia nos enseñan paciencia, perseverancia, persistencia y capacidad para afrontar la adversidad y superarla. Esta nueva flexibilidad será extendida a otros aspectos de nuestra vida personal. Un triatlón o un maratón pueden ayudarnos a encontrar una camaradería única, por el sólo hecho de compartir horas o meses con grupos y personas que comparten valores, intereses y meta
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