Músculos cortos, cuerpos delgados, años de entrenamiento y una cultura que los impulsa, las razones para que los kenianos y los etíopes sean los mejores atletas en las carreras de fondo en el mundo.
Así lo demostraron en la Maratón de Bogotá, en donde hombres y mujeres africanos se impusieron. Las regiones montañosas de Kenia y Etiopía son "la mayor concentración geográfica de logros deportivos del mundo", según John H. Manners, autor de un libro sobre la tribu kalenjin, más conocida como 'la tribu de los corredores'. El dominio de estos atletas africanos es todavía más notable en los 5.000 metros, los 10.000 metros y la maratón, las tres competencias de fondo que se disputan en los Olímpicos. En Pekín-2008, por ejemplo, estos dos países se colgaron ocho de las nueve medallas de oro posibles en la rama masculina. En los 5.000 metros, el etíope Kenenisa Bekele estuvo en lo más alto del podio, acompañado por los kenianos Eliud Kipchoge y Edwin Soi. En los 10 kilometros, Bekele también ganó y Sileshi Sihine (Kenia) y Micah Kogo (Etiopía) quedaron en el segundo y el tercer puestos. En mujeres, el dominio es menor, pero impactante. Ganaron cuatro de los nueve títulos olímpicos con Tirunesh Dibada (Etiopía) y sus dos oros (5 y 10 km.) a la cabeza. Catherine Ndereba (Kenia) se llevó la medalla de plata en la maratón. La tendencia se repite en los campeonatos mundiales, en las maratones metropolitanas, como la de Nueva York y la de Boston y en carreras como la Media Maratón de Bogotá, que el domingo pasado cumplió su undécima edición, con triunfos de los etíopes Deribe Merga, en hombres, y Shewarge Amare, en mujeres. Y de las 11 pruebas masculinas, ocho las han ganado atletas del oriente africano. ¿Cómo es posible que los países del Gran Valle del Rift tengan tanto protagonismo atlético? En principio, parece haber varias explicaciones del fenómeno. Según el médico deportólogo Jorge Alarcón, miembro del Centro Biomédico de Coldeportes, el dominio de los kenianos y etíopes viene de "sus características morfológicas, ya que son muy similares. Tienen un tren inferior muy largo y escasa masa muscular en el tren superior". Por otro lado, frente a los fondistas colombianos, "los africanos tienen más estatura. Nuestros corredores no pasan de 1,70 metros mientras ellos tienen una estatura entre los 1,70 y 1,80 metros, ideal para las carreras de fondo", dijo Alarcón. Los atletas de esta región de África tienen un biotipo óptimo para las carreras largas. "Ellos tiene un cuerpo perfecto para la resistencia. Además, su porcentaje de grasa es muy bajo, lo que les permite tener más resistencia", comentó el corredor colombiano Diego Colorado. Sus ventajas corporales no sólo son la longitud de las piernas ni su grasa. Estos fondistas también cuentan "una mayor cantidad de fibras tipo 1, que les permite mayor desempeño y una alta tolerancia a la fatiga", explicó la doctora Olga Lucia Estrada, médica fisiatra y experta en atletas de alto rendimiento. También llamadas fibras de contracción lenta, estas tienen como objetivo principal movimientos pausados y pequeños. Por esta razón, tienen una gran capacidad para almacenar energía. Los grandes corredores de Kenia y de Etiopía tienen una mayor presencia de fibras tipo 1. Todos estos ventajosos rasgos físicos vienen determinados por la genética de los pobladores de la región del Gran Valle del Rift. "Eso es genético, sin ninguna duda", resumió el doctor Jorge Alarcón. Simplemente, los kenianos y los etíopes simplemente nacen mejor capacitados para correr largas distancias. Sin embargo, esa es sólo una de las razones. Además de contar son los genes perfectos para dominar este tipo de competencias, la región donde entrenan es perfecta para carreras de fondo. Las montañas aledañas al Valle del Rift tienen una altitud entre los 2.000 y los 2.500 metros sobre el nivel del mar. "Aparte de las dotes físicas, ellos entrenan en altura, lo que les permite tener una gran capacidad pulmonar", explicó la doctora Estrada. Además, por su cercanía con el ecuador, tienen un clima relativamente estable, lo que permite un entrenamiento constante. Pero la geografía no representa una verdadera ventaja, ya que es fácilmente replicable. En Bogotá existen características similares. La verdadera ventaja está engranada en la sociedad y la cultura de esa región. Un simple ejemplo: si en Colombia los chicos quieren ser futbolistas, allá todos quieren ser corredores. Esto fomenta dos cosas: primera, que los mejores atletas se dediquen a correr. Y segunda, que desde muy temprana edad existe un gran nivel competitivo. "Ellas desde muy chiquitas están corriendo y por lo tanto ya cuentan con una formación mayor en cuanto a la competencia", comentó Berta Sánchez, ganadora de la Media Maratón de Cali. Esto genera un círculo virtuoso que va subiendo el nivel a medida que van pasando las generaciones. Estos tres factores - la genética, el medio ambiente y la cultura, combinados-, hacen que los kenianos y los etíopes sean superiores en las carreras de fondo. Jon Entine, autor del libro Tabú: ¿por qué los atletas negros dominan los deportes y por qué nos da miedo hablar de ello?, ha sido uno de los mayores proponentes de que la raza negra tiene la mejor combinación de factores para el éxito deportivo. También estudió específicamente el caso de los atletas de la región del oriente africano. "Es una combinación de biología y cultura. Sus cuerpos, por años y años de evolución, son perfectos para la tarea. También tienen una cultura que va alimentando al deporte. De esta forma, crean lo que yo llamo un círculo biocultural, en el cual la cultura alimenta el desarrollo biológico y la biología alimenta la cultura", explica Entine. Y si del pasado se puede pronosticar el futuro, parece que estos dos países van a tener el mundo del atletismo a sus pies, por mucho tiempo. MATEO SANTOS Para EL TIEMPO
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