Entrenamiento Deportivo

lunes, 22 de marzo de 2010

24 horas de San Pedro (Arg; 13-14/mar/10)

Crónica de Amparo Bauter (ALCO) de la ultramaratón de 24 horas en San Pedro (Arg) realizada entre el sábado 13 y domingo 14 de marzo de 2010


"¡Si, si, hice 24 hs!

Era lunes de mañana, así que, planché la túnica para Facundo que salió para la escuela, un beso a Dilva que quedaba en casa, porque todavía no comenzó a estudiar, y me fui a trabajar.

Claro, ni tacos ni sandalias, los dedos de los pies con una gasita que cubría el hilván de las llagas y de championes.

Si este es el costo de mis 24 hs. con 112.100 km….es baratito, lo pago y… lo volveré a pagar!!!

No tengo detalles técnicos, sería un atrevimiento de mi parte. Igual que hacemos en ALCO aprendí de la experiencia de otros compañeros. Lo que trataré en estas líneas será contar lo buena que fue esta experiencia.

Dura, dura… ¿que tan dura si uno esta haciendo lo que eligió? Este es un “regalo”, sobretodo eso, el regalo que nos hacemos cuando nos permitimos hacer algo que nos gusta. Yo llevaba un objetivo claro: 100 km. En los 10 km. yo hago el doble de tiempo que quien gana, la lógica indicaba que en 24 hs. debía hacer la mitad de km que quien gana, y prácticamente fue así.

Disfruté mucho. Disfruté del equipo, mis compañeros alquistas: Washington Sauda y Thelmo Palumbo. Claro que me fastidiaron, me tomaron el pelo, me dejaron atrás, se burlaron de mi equipaje, me tenían alquilada por mi ansiedad, pero… igual los quiero. Aunque también me acompañaron durante la carrera, me trasmitieron la seguridad de lo que hacía, y me dieron unos fuertes abrazos de confianza.

También había un equipo mas grande, que fueron los compañeros de viaje: Hector Yeritano y Alejandro Rey de Atletas del Sur y a Alejandro Cáceres y Rogelio Fernández de Corredores del Este. Y todo sumaba, porque Alejandro Rey pasaba corriendo y me palmeaba la espalda. Yeritano, me dijo avanzada la madrugada: “ya está, ahora hay que rodar, que por allá vendrá la aurora”. Probablemente no fue a propósito, pero a mi me tuvo rodando en el circuito, como 2 horas esperando a la aurora que se demoraba, pero ese era el fin, yo no cesaba de caminar. Rogelio me preguntó cada vuelta si estaba bien, si precisaba algo, me ofreció abrigo y me convido con pizza a las 10 de la noche, pizza con espinaca y salsa blanca.

Una carrera diferente, yo debía disfrutar, conservar el buen humor y completar mi objetivo: 100 km. Largamos el sábado a las 9, corrí 2 horas y algo y el sol comenzó a apretar. Habían como 30 grados y a mi el calor me complica, asi que me llamé a mi proyecto, que era caminar y caminar. Yo debía cuidar mis pies, mi rodilla y aplicar la técnica de Yeritano: la de la tortuga.

La organización brinda mucho apoyo, y entre los atletas también. Hay competencia si, pero como yo no representaba riesgo para nadie, ni lo sentí. Agradezco a las ultras con experiencia, que sabiendo que yo debutaba, me dijeron: “debes comer mas” (Sarita Parisi), “hidratate en cada vuelta” (Luz Celeiro), “tranquila, todo saldrá bien” y un fuerte abrazo que me dio en la largada Mirita Hernández.

Entré muchas veces a “boxes”: para ir al baño, para hacer mantenimiento de mis pies, para lavarme los dientes, para ponerme perfume… Y sí, sí !!! Llegó un momento que todo me molestaba, los sabores, los olores, extrañaba una buena ducha, no tenía acomodo. Pero mi objetivo era firme. Traté de correr en la noche, y una rodilla se hacia sentir, así que preferí proteger mi objetivo, que arriesgar a “desinflarme”. Allí fue que agarré el mp3 y … salí a bailar. Mientras caminaba me divertía con mi música, y de tanto en tanto saboreaba los ricos escones que mis hijos habían cocinado para mi. Cada vez que iba a la carpa, tenia 2 grandes carteles que ellos hicieron, uno decía FUERZA, el otro CALMA (los muchachos saben lo ansiosa que es la mamá, pero los carteles dieron su resultado).

Descanse 2 veces, a las 12 horas de carrera dormí 40 minutos, y allí mis compañeros me llevaron los tallarines a la carpa; a las 5 de la mañana dormí otros 40 minutos, cuando me aburrí de esperar a la aurora de Yeritano. Cuando me levanté sentí frío, campera sobre campera, y quedamos dando vueltas juntos los 3 alquistas.

Cuando las cosas se hacen en positivo, salen muy bien, y así fueron mis 24 hs.


Tengo mucho agradecimiento:
- a cada compañero atleta que escribe una crónica con detalles, porque de ellos aprendí.
- a mis amigas brujas o brujas amigas, a los compañeros alquistas y de trabajo, amigos que me mandaron mensajes, me llamaron y me bancaron antes y después de las 24 hs.
Agradezco la alegría que comparten mis hijos y mi vieja cada vez que logro un objetivo.

Una amiga me dijo, “te equivocaste, las brujas vuelan, no corren” – ¿será que soy menos bruja?

En fin, logré mi objetivo, hice 112 kilómetros 100 metros; una vez mas, al igual que con la obesidad, le demostré a mi cuerpo, que sigo mandando yo.

Por ser alquista llegué a ser atleta, y me felicito (y no es soberbia) me felicito por aceptar los desafíos para afianzar mis logros, por buscar los apoyos indicados para disfrutar lo que me gusta.

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