Entrenamiento Deportivo

domingo, 12 de julio de 2009

Buenas y malas razones para entrenar duro


El entrenamiento y la preparación mental resultan fundamentales para quien emprenda el reto de participar en un maratón o en un triatlón. Profundizar en las razones que nos llevan a sacrificar muchas horas de nuestra vida, quitándoselas a la familia o actividades productivas, es una necesidad. Estudiar la manera de mejorar nuestra seguridad, nuestra capacidad para concentrarnos, para enfocar nuestra fuerza de voluntad y aumentar la tolerancia frente al dolor y el cansancio, es ya tan importante cómo el propio programa físico a realizar. Muchos libros han sido escrito y entre ellos destaca The Triathlete´s Guide to Mental Training, escrito por los atletas y médicos Jim Taylor Pd.D. y Terri Schneider M.A., y aunque es un libro escrito aparentemente sólo para quienes deseen incursionar en un Half Ironman o en un Ironman completo, su lectura proporciona datos que resultan interesantes para cualquier atleta practicante de los deportes de resistencia

Por ejemplo, los autores diferencias las buenas de las malas razones para emprender un entrenamiento serio y prolongado antes de un evento de resistencia, como pudiera serlo un maratón o un triatlón de larga distancia. Vivimos en una cultura, argumentan los autores, que busca incesantemente una elusiva condición llamada felicidad. A tal fin, participamos en actividades que buscan llenar un vacío en nuestra existencia, en malas relaciones de pareja o en un pésimo trabajo (o ausencia de él). La gente decide entonces empezar a practicar un deporte, digamos que inicia su entrenamiento para los 10.000 metros, pero si no logra satisfacer su inquietud, salta al medio-maratón o al maratón completo. O puede ser un triatlonista que arranque su entrenamiento pensando en un evento sprint, de ahí pasa al olímpico y luego al Ironman. Todo con tal de copar horas vacías o sin sentido que de enfrentarlas pudieran conducirnos a la frustración o el descontento. Quizás, pensamos, la gente decida aceptarnos si nos ven entrenando duro; quizás pudiéramos ser más populares si ven lo duro que entrenamos. El tiempo y la energía que dedicamos a un largo programa de entrenamiento no logrará, sin embargo, satisfacer necesidades existenciales o psicológicas profundas que no podemos ni debemos obviar
Pero la práctica de los deporte de resistencia puede ayudarnos en muchos otros casos. Ahí encontraremos la oportunidad de demostrarnos a nosotros mismos que tenemos capacidad para enfrentar exitosamente duros retos físicos y mentales. Un maratón o un triatlón implica ir más allá de nuestras limitaciones o condicionamientos físicos o mentales. Esta superación puede ayudarnos a cuestionar limitaciones que nos hemos impuestos en otras áreas de nuestra vida; nos permite desechar creencias malsanas sobre nuestra capacidad, malas costumbres e ideas fijas. Los deportes de resistencia nos enseñan paciencia, perseverancia, persistencia y capacidad para afrontar la adversidad y superarla. Esta nueva flexibilidad será extendida a otros aspectos de nuestra vida personal. Un triatlón o un maratón pueden ayudarnos a encontrar una camaradería única, por el sólo hecho de compartir horas o meses con grupos y personas que comparten valores, intereses y meta

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